Entre 1882 y 1883, luego de un período en el que estuvo preocupado por sus tareas como director de la Orquesta Sinfónica de Bergen y por enfermedad, Edvard Grieg (1843 – 1907) compuso la sonata para violonchelo y piano en la menor, op. 36, un trabajo que sería el único de su producción para esta combinación y que marcó su regreso a la composición después de una obligada  larga pausa.

El resultado fue una obra que explora al máximo las posibilidades de ambos instrumentos, tomando temas del de su propia Trauermarsch zum Andenken y Richard Nordraak (Marcha fúnebre en memoria de Richard Nordraak) y de la marcha nupcial de su Drei Orchesterstücke aus Sigurd Jorsalfar (Tres piezas orquestales de ‘Sigurd Jorsalfar’). Grieg dedicó la pieza a su hermano, John, un aficionado al violonchelo. Friedrich Ludwig Grützmacher estrenó el trabajo con Grieg en el piano el 22 de octubre de 1883 en Dresde.

Fernando Pérez y el cellista Benjamín Báez presentarán esta exquisita sonata en el marco del Ciclo «Música en Plural», en el Auditoio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.